Las empresas dedicadas a las redes P2P han montado un par de asociaciones, una de ellas es
Distributed Computing Industry Association (DCIA), comanda por Sharman Netoworks, la empresa detrás de Kazaa, con la que tratan de lavar su cara y poner un marchamo de legalidad a lo que sucede en sus entrañas. Sus intentos por convencer a la industria de que podrían distribuir música legalmente en las redes P2P son claros. Puede parecernos una aberración y algo completamente imposible que las redes P2P se tornen en un negocio 'respetable', asumido por la misma industria musical. Pero lo cierto es que muchas otras tecnologías previas nacieron como amenazas contra la industria musical, con tintes poco claros de ser negocios legítimos, ante los cuales la industria del disco se rasgaba las vestiduras dando por sentado que la mandaría a la quiebra. No hay ejemplo más claro que la radio.
Imaginemos la época de 1930, cuando la radio comienza a despegar -las primeras emisiones habían comenzado hacia 1920-. Por aquella época la gente iba a conciertos, escuchaba la música que ellos mismos tocaban, o compraba discos. De repente, unas empresas comienzan a vender unos aparatos que te ofrecen música gratis, compras una radio y no tienes que salir a conciertos, ni tienes que comprar música para escucharla, a una vuelta del dial encuentras un sin fin de cadenas que te ofrecen música de distintos géneros gratis. ¿Hay algo más aberrante que esto para un negocio cuyas bases son la venta de discos, de partituras, y de entradas para los conciertos?.
Y aún así el modelo sobrevivió. No sería tan descabellado que un modelo de negocio pudiera cuajaren las redes P2P.
Hablan brevemente en
Trade group proposes new P2P music model de las distintas alternativas que están proponiendo desde la Distributed Computing Industry Association. En una
presentación proponen tres modelos diferentes con los que tratan de engatusar a la industria musical. En todos ellos se necesita implicar a los ISP, y hacen necesario el uso de sistemas de protección (DRM) fiables, así como elaborados sistemas de pago.
Modelo 1. Pago universal a través de los ISP.
Utilizar sistemas de protección (Digital Rights Management) de forma que sólo se puedan escuchar las canciones si se ha pagado por ellas. Un segundo paso es negociar la factura a través de los ISP, de forma que se pueda pagar a través de la factura del teléfono.
La música legal será colocada en la parte superior de los resultados de una red P2P, como con los buscadores.
Fase tres, hacer el pago de la música universal a través de los ISP.
Modelo 2. Suscripción, canales musicales temáticos y ventas de canciones al menudeo.
Todos los usuarios de una red P2P deben pagar una tarifa de suscripción mensual a su ISP. Después se añadirán protecciones a las canciones para obligar a pagar por ellas individualmente.
Modelo 3. Convertir a los usuarios en distribuidores autorizados.
Se trata de introducir marcas de agua en las canciones primero para poder identificarlas, y después protegerlas con DRM y promover entre los grandes distribuidores recompensas a cambio de que protejan las canciones que tienen, recompensándoles por ello.
Son tres modelos en los que se busca, primero, inundar los sistemas con canciones protegidas, desplazar las desprotegidas y la distribución ilegal, y convencer a los usuarios, a través de incentivos y de material adicional, de acceder a las canciones legales.