Somiatruites, Ciberderechos en la Red

Ya tengo mi cuenta en Google. Y sí, estoy dispuesto a que un amasijo de cables y chips viole parcialmente la privacidad de mi correo y me recomiende hoteles o librerías cuando en mi correo se menciones la palabra viaje o el título de un libro, el servicio lo deja claro “you agree and understand that Google will display ads and other information adjacent to and related to the content of your email.”. Todo por una cuenta de 1 Gigabyte de almacenamiento, una interfaz minimalista de texto y las posibilidades de búsqueda de Google aplicadas a mi correo.

Está claro que le voy a proporciona a Google una buena cantidad de material para hacerse una idea de cuáles son mis intereses y cómo estos toman forma en la Web. G. podrá hacerse una idea de mis hábitos de consulta de 'su' correo, de su contenido, si escribo o me escriben mucho, si lo consulto con asiduidad, en qué momento y desde qué país... ("We also may collect information about the use of your account, such as how much storage you are using, how often you log in") y gracias a sus cookies ("Google may share cookie information among its other services for the purpose of providing you a better experience") podrá agregar los datos cuando busco sitios sobre tecnología, un artículo particular sobre DRM, un magazine hentai, un vuelo a Londres barato....

Su 'política de privacidad' es clara, aunque la mayor parte de nosotros no leemos estos extensos repertorios legales cuando contratamos o nos suscribimos a un servicio nuevo. Eso hay que agradecerle, y el truque es claro también, vendo una parte de mi privacidad a cambio de un servicio gratuito. Es el mismo trueque que se realiza en las redes P2P plagadas de spyware (programas espía) y adware (programas de anuncios intrusivos). Es la tendencia de nuestra época, servicios a cambio de mi privacidad.